domingo, 19 de junio de 2011

Desvariando en prosa

Descubierta la patraña, la mentira contada tras la barra muestras tu cara de verdad. 
Olvidando ocultar tu mirada tras la máscara que dejaste de usar renuevas tu vida tras engañarme y hacerme creer que el futuro está claro y no es oscuro como mostraste o quizás.
Destruyes la vida del interior de mi ser y construyes la estructura más difusa y corrupta que puedo comprender. Ahora me vengo, me vengo con tinta, imprimiendo mi ira, mi ira oculta, oculta con paños de sonrisas y tenacidad.

Migrando sentimientos y obsesiones veladas, tras el manto de furia que solo me dejas en el fondo, en el fondo de un alma que busca consuelo, sin encontrar nada más que espinas donde sentarse sin descansar. 
Exigiendo respuestas, obteniendo preguntas y miradas que interpretar. Actos cambiantes, manos vacilantes, sin saber bien que tocar.

Disparas. La metralla alcanza a todos, todos heridos, todos sangrando, sangrando de infelicidad.
Deshaces promesas, promesas malditas que no harán nada más que condenar a lo que quede de humanidad.
Y ahora despiertas, despiertas de un sueño que jamás pudiste olvidar, sueño de gente de gente que quieres y que nunca recordarás.
Recordarás sintiendo la muerte en el pecho y una parálisis, que por mucho que vivas no sufrirás.

Vengado, ya callo, callo sin forma alguna de poder decir lo que pienso, sin mostrar lo que siento, sin acceder a contar mi verdad.

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