Cansado de los clichés, de tonterías sin fundamentos fundamentados en pilares mínimamente sólidos, de zombis de cerebro lavado por su incompetencia e inapetencia, me fijo en la cara de la indiferencia y comprendo su situación.
Decidió pasar de todo, olvidarse de los actos de la humanidad y mirar para otro lado, haciendo caso omiso de la existencia de problemas y de momentos embarazosos. Ahora vive, tranquila, en su mundo, mirando hacia delante con su cara rodeada de su pelo alborotado y enmarañado. Anda, cada mañana por la calle empedrada, teniendo cuidado de no resbalarse con la superficie mojada mientras mira al cielo, absorta en sus insondables pensamientos.
A su alrededor, la gente deseando escucharla, se agolpa la gente. Quieren aprender de ella, aprender que nunca está todo aprendido, ya que nunca lograrán ser, nunca conseguirán ser como ella.
Entonces indiferencia se llama la chica?
ResponderEliminarme recuerda a socrátes..
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