viernes, 28 de octubre de 2011

Susurrando a la indiferencia

Cansado de los clichés, de tonterías sin fundamentos fundamentados en pilares mínimamente sólidos, de zombis de cerebro lavado por su incompetencia e inapetencia, me fijo en la cara de la indiferencia y comprendo su situación.

Decidió pasar de todo, olvidarse de los actos de la humanidad y mirar para otro lado, haciendo caso omiso de la existencia de problemas y de momentos embarazosos. Ahora vive, tranquila, en su mundo, mirando hacia delante con su cara rodeada de su pelo alborotado y enmarañado. Anda, cada mañana por la calle empedrada, teniendo cuidado de no resbalarse con la superficie mojada mientras mira al cielo, absorta en sus insondables pensamientos.

A su alrededor, la gente deseando escucharla, se agolpa la gente. Quieren aprender de ella, aprender que nunca está todo aprendido, ya que nunca lograrán ser, nunca conseguirán ser como ella.

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