martes, 3 de enero de 2012

Protocolos insolentes


Buscar cada tarde un motivo para reír, para esbozar, (como si fuera poco) una forzada sonrisa que obligamos a mostrarnos a nosotros mismos para engañarnos de nuestros verdaderos pensamientos, esos que solo afloran cuando damos un paseo solos o cuando estamos a punto de dormirnos en la cama, lo típico de "consultar algo con la almohada".


Pero claro, el protocolo social lo exige y nosotros utilizamos nuestras taimadas indirectas para conseguir nuestros fines viendo que por la vía directa... pues eso. Diciendo sin decir, queriendo sin querer y sintiendo sin vivir. Sin vivir lo que realmente nos gustaría por esa tremenda manía, la manía que ocultamos todos de ser nosotros mismos, de mostrarnos sin tapujos.

Tú me dirás "yo siempre actúo como soy", te daré la razón y en mi aforo interno pensaré "no" (directamente, pero para mi interior). Quizás piense eso por mi incapacidad para hacerlo, o quizás, sencillamente, porque la situación y las personas nos cambian y moldean queramos o no. 

Y eso, por mucho que nos duela no dejará de ser cierto.

___________________________________________________
El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va.  
Antoine Saint-Exupéry

4 comentarios: