miércoles, 4 de mayo de 2011

Encerrado con una botella

Te voy a regalar algo que nunca terminó de gustarme. Te voy a regalar algo que jamás pensé que podría llegar a regalar. Te voy a regalar mi botella. Sí, mi botella. ¿Me mirás con esa cara por algo en especial? No sé que ves de raro en que te la regale. Es mucho más de lo que tu piensas que es. ¿La estás menospreciando? Que desagradecido que puedes llegar a ser. Creo que prefiero no regalártela, ahora sé que no te la mereces. No te mereces un objeto que pueda contener algo como el agua, que te permite vivir, un genio encerrado, una noche de borrachera furtiva detrás de unos árboles, un mensaje de un naufrago, un buen vino y cena con ella, algo que compartir y que disfrutar. Sinceramente, ¿qué continente usarás cuando encuentres el contenido? Ahora la quieres ¿verdad? Pues ahora me he dado cuenta de lo que significa la botella para mí y tu ya has llegado tarde. Como siempre, siempre llegas tarde.Y yo, yo recuperaré todo lo que perdí e intentaré volver a caerme otra vez, pero dará igual, pues tendré la botella en la mano, para emborracharme cuando me sienta triste, para curar mis heridas cuando me caiga, para beber cuando tenga sed, para pedir un deseo al genio de su interior, para pedir ayuda al naufrago que rescaté en mi viaje, para encontrarla y compartir el buen vino con ella... y acabar con la botella vacía a los pies de la cama, esperando a que el sol despunte y que el alba nos despierte mientras sueño con el tipo que me rechazó la botella que no amaba y él me enseño a amar. Que  desgraciadamente dichoso seré recordando este momento, que dichosamente desgraciado seré si nunca tengo oportunidad de hacerlo.

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