viernes, 22 de abril de 2011

Estas navidades murió un borracho en Madrid de hipotermia debido al supuesto calor que sentía tras beber una gran cantidad de vino.

Ese calor, aparente, le hizo suponer que no necesitaba ropa de abrigo, y confiado, durmió al raso, permitiendo a la escarcha posarse sin dificultad alguna sobre su cuerpo haciendo que sus poros, abiertos, dejasen escapar ese calor superficial que tenía. Su temperatura bajó hasta que su sangre, incapaz de calentar los órganos, circulaba más lentamenta haciendo trabajar más a su corazón. Y éste, abandonado y solo, decidio parar.

La falsa seguridad, nos lleva casi siempre a un abismo inminente. Las cosas no suelen ser lo que parecen, sobre todo cuando se trata de seres humanos. Ahí, es donde se separan de la naturaleza. No son reales ni verdaderos.

1 comentario:

  1. Qué cosa más fuerte.
    Y es más fuerte aún porque es cortísima tu reflexión y sin embargo, profunda.

    Saludos.

    ResponderEliminar